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Los sistemas de control de acceso automáticos son en la actualidad un elemento de seguridad indispensable para muchas empresas y entidades de todo tipo. Antiguamente únicamente eran utilizados por empresas que precisaban mantener estrictos niveles de seguridad en sus instalaciones; hoy en día, la aparición de nuevos sistemas y tecnologías han permitido democratizar el control de acceso, reduciendo sus costes y haciéndolo asumible para la gran mayoría de las empresas.

A continuación, veremos las ventajas de disponer de un sistema de control de acceso automático en tu empresa:

A estas alturas, cada vez está más claro que la llegada del Coronavirus (Covid-19), va a suponer cambios a todos los niveles de la sociedad. Los sistemas de control de acceso no son una excepción y deberán adaptarse a las medidas de seguridad necesarias según las circunstancias actuales.

Hay diferentes maneras de abrir una puerta de garaje sin necesidad de contar con un mando a distancia, que no es raro que se extravíen o se queden sin pila en el momento más inadecuado.

Abrir la puerta de un garaje con el móvil es sin duda uno de los mejores sistemas de control de acceso que podemos encontrar actualmente: seguro, fácil de utilizar y muy económico.

En este artículo te contamos las principales características y ventajas de nuestro sistema de apertura de puertas vía smartphone. ¡Sigue leyendo!

Historia y evolución del control de accesos

En primer lugar, vamos a ver brevemente en qué consiste y de dónde viene el control de accesos. El control de accesos es un sistema que permite verificar si una persona posee determinados derechos para acceder a un área restringida. Dichos derechos los otorga generalmente el ente propietario o que gestiona esa área: empresas, comercios, comunidades, etc.
Los controles de acceso han existido desde tiempos remotos. Uno de los primeros sistemas de control de accesos fueron las llaves mecánicas, que aunque todavía se siguen utilizando, en muchos ámbitos han sido sustituidas por otros sistemas más seguros, que no pueden duplicarse con tanta facilidad como una llave. Es el caso de entidades como empresas, bancos u hoteles, que hace tiempo que han ido sustituyendo la llave tradicional por tarjetas de aproximación o de banda magnética.